jueves, 11 de noviembre de 2010

MEJORES PRÁCTICAS por Víctor Hugo Martín Sánchez


En la actualidad ya es común el término globalización, a raíz de esto se implementaron sistemas que estandaricen la productividad y los servicios que garanticen una calidad igual con tendencias a la mejora continua.

Una herramienta común para considerar un lenguaje universal para el cumplimiento de dichos estándares son las normas, que indican los puntos de referencia a considerar para los procesos productivos o procedimientos dentro de los mismos sistemas administrativos, normalizar en resumen significa unificar o describir de una forma convencional ciertos puntos que den un parámetro de equivalencia o comparación para que al considerarlos sean normales, (normas).

Dentro de los últimos años se considera un hecho que no somos perfectos, es por esto que se modificó el término de exactitud al grado de acercamiento a un valor convencionalmente verdadero, esto es que la verdad absoluta sólo la puede tener el creador, cuales quiera que fuesen las creencias ideológicas, y sólo damos estos valores por convención o común acuerdo a nivel global.

De este gesto de humildad donde nos encontramos ya, se ha empezado a dar un enfoque más humano a las empresas o instituciones, esto significa que también se pueden cometer errores, aunque no necesariamente dolosos.

Considerando esta posibilidad se ha hecho común la implementación de códigos de ética dentro de las mismas, éstos se definen de acuerdo a las necesidades de su mismo mercado.

En el caso que se expone, se pueden observar puntos que van relacionados directamente con la Responsabilidad Social.

Después de haber tenido la oportunidad de analizar diversos artículos sobre el tema “Responsabilidad para PYME´s”, es por su propia naturaleza un tema acertado para ajustar los paradigmas a las necesidades actuales de nuestro entorno económico y social.

Habrá que separar por una parte valores, como lo son la solidaridad y equidad, mismos que por la otra parte, abren paso a su uso cotidiano como una gran herramienta en proyectos para generar un equilibrio o armonía con empresas y su entorno poblacional.

Aunque el fin último de cada empresa es obtener utilidades cubriendo cierta necesidad o necesidades, debe ser importante considerar que en los procesos productivos o administrativos, se pueden evitar perjuicios sociales y también generar beneficios a la misma sociedad.

Será pues determinante para continuar, considerar dentro de la misión de las instituciones y/o empresas este tipo de beneficios.

Se puede definir al código de ética institucional como a un recordatorio por escrito del buen manejo de las buenas prácticas laborales, mismas que ya están definidas por su misma naturaleza de manera consciente en nosotros.

Todo ser humano cuenta por su propia formación y naturaleza de un código de ética que refuerza constantemente la toma de sus decisiones.

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